Enralado no es solo una colección de vinos; es una invitación a brindar por lo cotidiano, a celebrar sin pretextos, a disfrutar con ligereza. Su nombre, una palabra del léxico canario que evoca fiesta, alegría y desinhibición, conecta de forma sutil pero profunda con su origen, y transmite desde el primer momento una actitud vitalista y cercana.
Pensado para el lineal de supermercado, Enralado debía ser accesible, tanto en precio como en experiencia, sin renunciar a la calidad ni al carácter. El diseño apuesta por una estética limpia, directa y táctil, que seduce sin artificios. La etiqueta, construida únicamente con impresión y troquelado, maximiza el impacto sensorial y visual con una producción mínima, más sostenible y económica.
El juego de letras troqueladas, combinado con una tipografía sólida pero amable, invita a tocar la botella, a girarla para leer su nombre, a sonreír antes incluso de abrirla. Ese gesto de curiosidad es el primer paso para que el vino acabe en el carro… y luego en la mesa.
Las tres referencias funcionan como colección y como piezas individuales, diferenciadas por color y tipo de vino. Juntas, construyen un imaginario festivo, fresco y universal. Enralado es vino para todos, pensado desde el corazón de las islas para conectar con el de las personas.