Este proyecto tenía que ser el protagonista de los eventos donde estuviera, queríamos que fuera el vino que eligieran los consumidores para llevar a una cena con amigos, por lo tanto debía tener una carácter alegre y sorprendente.
Érase una vez 40 días y 40 noches, que es el tiempo que estuvo macerando la uva para este vino divertido, inspirador y lleno de matices.
Es un nombre de cuento y con esa idea generamos una ilustración relacionada con su elaboración y entorno, donde cada persona pueda crear su propia historia alrededor del vino estableciendo un vínculo emocional.
Como todo buen cuento la magia aparece al anochecer.